jueves, 27 de diciembre de 2012

MARATÓN PRE-NAVIDEÑO

Y llegó Navidad y no sé muy bien si acabaremos nosotros con ella o ella con nosotros.


Por primera vez en mi vida he llegado a estas fechas absolutamente agotada, más bien exhausta, carente de energía ¿Será una nueva patología la “Astenia Navideña”??

Desde principios del mes de diciembre mi vida es una auténtica carrera de fondo, aunque en algunos momentos he creído ser “La hija del viento”, alucinada con la velocidad que tenía para trasladarme de un lugar a otro en cuestión de segundos.

Una tarde tuve que sentar a mi marido y decirle, vamos a cuadrar agendas Cariño, como si fuésemos parte de la familia Real y tuviésemos que planificar nuestros actos oficiales.

Primeros eventos, festivales navideños escolares con disfraces imposibles.

Todo, por supuesto, para facilitarnos la vida a los padres. Sencillos disfraces hechos con “foam”, de un color tan extraño que has de encargarlo en un tienda de tejidos especializados en fiesta, escondida en tres plazas concéntricas que aunque te empeñes en buscarlas no llegarías ni con GPS espacial. Sencillos disfraces que tienes que hacer, probar, modificar y además ornamentar. Mi concepto de “facilitar la vida” sin duda pasa por el disfraz de pastor del Chino más cercano a casa, no por el corta, cose, pega, inventa y reza para que no se rompa justo antes de salir al escenario.

Una vez superado el tema disfraz, toca la logística festivalera, horarios “comodísimos” y compatibles con horarios laborales, padres “educadísimos” que empujan, y si es preciso muerden, por hacer la foto más profunda y cercana de sus retoños, todo es harmonía y paz , espíritu navideño a tope!!!

Si con esto teníamos poco, nos tocan los trabajos manuales tipo “Pinta y decora con tus papás un arbolito de Navidad y una Corona de Adviento”, pinta con tus papás significa en realidad que pinta mamá y claro, no basta pintarla con plastidecor, hay que ponerle purpurina, cintas, lentejuelas, más foam… y cuando crees que tienes EL ÁRBOL, llegas al cole y te das cuenta que tu obra de arte no pasa de ser un pingo si lo comparas con el árbol hecho con gominolas, macarrones rizados pintados de plata y oro y adornado con cápsulas Nespresso recicladas recubiertas de tul.

Segundos eventos, comidas, cócteles, cenas y hasta desayunos navideños.

Comemos con amigos de la infancia, cenamos con los de la universidad, cóctel con padres del colegio , otra cena de la pandilla de toda la vida de la playa, vecinos, equipo de fútbol de los 15 años... y como no, la ansiada y esperada cena de empresa.

Cena de Empresa, dícese del evento al que, normalmente, vas obligado porque tu jefe aconseja que lo hagas mientras te recuerda que, ya que trabajas en jornada reducida y has dilapidado todas tus posibilidades de ascender, no estaría de más que te viesen por allí los Jefes (como si los Jefes viesen algo más allá de la botella de Bombay Saphire). Hay juegos, gymkanas, karaokes, bailes de moda, y mucha, mucha, pero mucha, vergüenza ajena.


Y con todo esto, llegamos a las vísperas de Nochebuena, que siempre son fechas entrañables y relajadas hasta que tu suegra decide poner un sorbete de mandarina china en la cena y tienes que peinar media ciudad para encontrarlo porque ella ya tiene bastante con todo lo que tiene que hacer.

De las fechas centrales de las Navidades hablaremos en otro momento. Hace un rato venía escuchando en la radio que la “Operación Cuñado”, puesta en marcha por la policía municipal de Madrid, para mediar en los conflictos familiares navideños, había concluido su primera fase de las tres programadas. Como veis, hay “chicha” para un post exclusivo.

Enganchada al Astenolit, os deseo una muy FELIZ NAVIDAD y un muy FELIZ AÑO 2013 (si es que llegamos enteros).



viernes, 7 de diciembre de 2012

ATAQUES DE NOSTALGIA

“Nada ni nadie puede impedir que sufran,

que las agujas avancen en el reloj,

que decidan por ellos, que se equivoquen,

que crezcan y que un día

nos digan adiós”



He de confesar que, aunque ideológicamente estemos en polos opuestos, siento una profunda admiración por las maravillosas canciones y sobre todo letras de Joan Manuel Serrat.

Esta canción en concreto, “Esos locos bajitos”, me hace soltar lagrimita cada vez que la escucho, sobre todo desde que soy madre y porque es imposible que te deje indiferente.

La estrofa final es la que no sólo me emociona, sino que me aterra. Y pensaréis, “´Ésta mujer está loca, es ley de vida, los niños crecen y hemos de dejarles volar…” y sí, y estaréis hablando con toda la autoridad del mundo y con más razón que un Santo, pero no por ello deja de darme pánico.

El momento del Nido Vacío aún me queda lejos, mi hija mayor acaba de cumplir 5 años, pero de momento estoy experimentando el momento de “Cuco Vacío”, es decir, que me estoy quedando sin bebés.

De todas las etapas se pueden extraer cosas maravillosas. Ahora, por ejemplo, las ocurrencias, los juegos, los momentos cursis, tienen un encanto especial. No voy a negar que, cada avance en el proceso de madurez me convierte en un “Pavo Real”, pero echo mucho de menos esos momentos de bracitos, que intuyo que cada vez serán más escasos.

Y ahora me diréis, ten otro bebé (cosa que no descarto), así aplacarías tu morriña, pero el caso es que lo que realmente me hace soltar la lagrimita es que hace “dos minutos” mi chicarrona de 5 años estaba entre mis bracitos acurrucada y aunque todavía se deja achuchar bastante, gracias a Dios, ya casi ni puedo con ella!

¿Sufrís esos ataques de nostalgia?