martes, 25 de octubre de 2011

MY FAVORITE THINGS


“Girls in white dresses with blue satin sashes
Snowflakes that stay on my nose and eyelashes
Silver white winters that melt into springs
These are a few of my favorite things”



Llevo toda la mañana con estas estrofas en la cabeza, de hecho no he parado de canturrear en el coche y finalmente he tenido que buscarla en la IPod, porque me moría de ganas de escucharla.

Sin duda alguna es una de las canciones más deliciosas que conozco, sobre todo por los recuerdos tan especiales que me trae. Es parte de mi infancia y espero que sea también parte de la de mis hijas.

Independientemente de que forma parte de una película tan mítica como divina, y que su melodía no puede ser más increíble, su letra es lo que hoy me lleva a reflexionar y a escribir este post.

Cosas tan sencillas como un apple strudel, o preciosos vestidos de satén pueden convertirse en verdaderas delicias para nuestra vida. En una sociedad en la que el consumismo impera por encima de cualquier cosa, dedicarle un minuto a pensar en qué cosas nos hacen realmente felices puede resultar apasionante.

El olor de Mis Gorditas después del baño, el sol en mi cara en un día frío, el primer sorbito de una coca-cola, acurrucarte bajo la mantita del sofá con un buena peli y mejor compañía, castañas asadas en una tarde de otoño, el sonido del mar… o una canción como My Favorite Things en una mañana de martes, lluviosa y con pocas expectativas.

¿¿Qué sería realmente de nuestra vida sin estas pequeñas cosas??

Feliz semana a todos

1 comentario:

  1. Esta canción a veces, sería bueno aplicársela para verlo todo color rosa... Para mí son..." el olor a Mar de mi marido cuando vuelve de navegar, ese olorcito a cebollita del sudor de mis niños, Cuando tu bebé apoya su cabeza sobre tu hombro, ....Ainssssss

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